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El fin del multiculturalismo ¿qué lo mató?
Encontré un par de artículos perturbadores en ABC. Uno habla sobre el auge de grupos políticos xenófobos en Europa y otro sobre la necesidad de integrar a los inmigrantes a la sociedad alemana. Aunque los prejuicios son algo omnipresente en toda sociedad donde conviven más de una cultura, hay un factor nuevo que los hace más preocupantes.
Tras la declaración de Ángela Merkel, han surgido muchas voces de apoyo para crear una Alemania mas integrada. En ningún momento se pide la expulsión de inmigrantes, ni se cierran las fronteras. Se solicita solo que los nuevos alemanes no vivan de manera segregada, que aprendan el idioma y se comprometan con los valores del país. Nada más lógico, pero me surgen algunas dudas.
Primero ¿Por qué ha sido Alemania la primera en constatar los peligros de un falso multiculturalismo? ¿Por qué no Francia o Inglaterra que tienen mayores problemas e incluso han sufrido disturbios raciales en sus capitales? Además, no puedo olvidar que la mayor ola de racismo del Siglo XX surgió en Alemania contra un segmento de su población que estaba tan asimilado que se sentía más alemán que Hitler, que era austriaco.
Yo también he sido inmigrante. Sé lo que es tener que aprender un idioma, costumbres nuevas, sufrir pequeños desprecios y burlas por ser diferente. Conozco a personas a las que la experiencia ha amargado y radicalizado. Me pregunto por qué a mi y a otros no, cuando volví a Chile era yo la mayor promotora de los valores estadounidenses. Pero tal vez fue el que siempre vi la asimilación como una opción. Obvio, por entonces no había problemas de terrorismo ni miedos a la diversificación racial que juegan papeles importantes en este temor al multiculturalismo en ambos lados del Atlántico.
Mi experiencia de vivir en un crisol de razas, me indica que se puede vivir perfectamente sin asimilarse. La mamá de mi mejor amiga, señora peruana de origen chino, vivió hasta su muerte en Staten Island, sin aprender inglés. Se batía perfectamente con el castellano y el dialecto cantonés y hacía su vida entre ambas comunidades. Por otro lado, conozco muchos gringos que en zonas de mayor migración hispana, aprenden castellano para interactuar mejor con esa comunidad. Y cuando un americano se casa con algún miembro de grupo étnico u otra nacionalidad suele adaptarse a las costumbres de su pareja. USA, con todos sus defectos, era hasta el S-11, un ejemplo exitoso de sociedad multicultural.
Una de mis diez novelas favoritas, y se la recomiendo, es Quo Vadis de Henryk Sienkiewicz. Uno de sus muchos meritos es un retrato muy veraz y fascinante de la Roma de Nerón. En una escena, el protagonista Marco Vinicio y su tío Petronio, nobles patricios romanos, deambulan por una Roma completamente multicultural. El autor nos describe a los transeúntes, hay griegos, egipcios, etíopes, bárbaros, hebreos, etc. Todos miembros de los países conquistados por Roma y todos viviendo en una atmosfera de tolerancia, armonía y sin tener que abandonar sus costumbres ni religión.
En otra escena, Petronio le dice a Vinicio que no entiende por qué Ligia, la heroína, siendo cristiana no va a la sinagoga como los demás judíos. Los romanos comenzaron viendo a los cristianos como una secta judía (lo eran originalmente) y se sorprendieron al descubrir que al revés de los judíos que no tenían problemas con convivir con los romanos, los cristianos insistían en segregarse y llevar su religión como misterio.
A medida de que se conocía más sobre los cristianos, las autoridades romanos se alarmaron. Estos eran unos revolucionarios blasfemos que querían destruir el panteón romano, implantar el monoteísmo, un estilo de vida ascético incompatible con la elite romana, y destruir las barreras sociales. En fin, querían cambiar la sociedad. Peligrosos, muy peligrosos. Por eso se les persiguió, se les vio como enemigos del estado, y se buscó erradicar sus costumbres. Pero antes se intentó asimilarlos. Incluso, antes del martirio, se les ofrecía a los cristianos la oportunidad de retractarse ofreciendo un sacrifico a los dioses y así demostrar su lealtad al Imperio.
No estoy siendo sarcástica al decir que fue el cristiaismo el que hizo dudar a Roma del peligro de albergar revoltosos en su seno. Como heredera de valores judeo-cristianos, soy consiente de que Roma se había vuelto un imperio caduco y corrupto, que necesitaba de valores firmes y disciplina para al menos salvar lo mejor de ella y trasplantarlo a una sociedad mas joven y enérgica. Sin embargo, es el mejor ejemplo de lo que ocurre hoy. La diferencia es que la actual xenofobia está dirigida contra grupos que ya han manifestado el mismo sentimiento. Los cristianos profesaban amor por sus semejantes, no ponían bombas, no querían matar a los romanos, ni deseaban implantar su modelo de vida a través de la violencia. Lamentablemente, muchos musulmanes si son culpables de esos actos.
La declaración por la cual Juan Williams fue despedido de su radio, incluía un comentario de que si rabinos Hasídicos hubiesen puesto bombas en aviones, el periodista también les tendría miedo al verlos abordar su avión. En el imaginario occidental los inmigrantes musulmanes van asociados con
a) Gente que comete atentados
b) Gente que desprecia Occidente
c) Gente con costumbres intransigentes como matar gays, cortarle la nariz a las mujeres, etc.
A la mamá de mi amiga puede tildársele de floja o descuidada por no aprender inglés. Cuando un musulmán no aprende el idioma del país le recuerda a Occidente su desprecio por los valores occidentales y su deseo de imponer su cultura sobre la ya existente. Aunque en Europa también molestan los gitanos y los latinos, es el miedo y desconfianza por el islam lo que ha motivado que en Suecia y Holanda ganen las elecciones candidatos de derecha y que se pueden tildar de islamófobos.
En Chile y en la mayoría de América Latina, la comunidad musulmana o proveniente de Oriente Medio está más que integrada porque llegó hace un siglo y estableció sus raíces en épocas en que el radicalismo islámico no existía. La historia es diferente en Europa donde cada día llegan nuevos elementos de un mundo cuya cultura parece incompatible con la europea o la norteamericana, un mundo que protege y fomenta el terrorismo, un mundo que irónicamente es xenófobo. Es por eso que los prejuicios aumentan y el frágil concepto de una sociedad multicultural es repudiado por muchos.
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