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viernes, 28 de mayo de 2010

La persistencia de la discriminación



En 1949 Ada Lois Fisher Sipuel se convirtió en la primer estudiante negra de la Escuela de Leyes de Oklahoma, después de un largo proceso legal que exigía la abolición de la segregación. Aún así, las autoridades universitarias la separaban del estudiantado al asignarle un área específica de la cafetería para negros lo mismo que una banca especial en las aulas, ambas delimitadas con cuerda. A pesar de todo Ada recibió el apoyo tanto de los profesores como de sus compañeros.

Años más tarde en 1955, una mujer negra de 42 años sube a un autobús público y se sienta en medio, donde por ley podían sentarse los negros si no había gente blanca que necesitara los asientos. El área se llenó y el chofer le requirió a la mujer que se levantara para que un muchacho blanco ocupara el lugar. Ella se negó, su nombre: Rosa Parks.

Rosa Parks era secretaria y ayudante en la Asociación Nacional para el Avance del Pueblo de Color. El día en que se negó a levantarse de su asiento la arrestaron y tuvo que pagar una multa; sin embargo su caso llegó al Tribunal Supremo de Justicia de los Estados Unidos Americanos y un año después logró que la segregación se prohibiera en sitios públicos.

El suceso del autobús sirvió también como inspiración para otro joven: Martin Luther King. Un pastor bautista que comenzó una serie de manifestaciones en contra de la segregación en los autobuses públicos de Montgomery, Alabama.

Estas luchas civiles por la libertad tuvieron que darse para terminar con la opresión y la discriminación de un sector de la población, segregada por su color de piel. Una herencia de la época de esclavitud del siglo XVI y posterior.

Estamos en el año 2010 y a pesar de los grandes esfuerzos que se han hecho durante décadas para erradicar la discriminación, ésta aún persiste ya sea por color de piel, religión o género.

Este blog tratará sobre estos temas en un esfuerzo más por eliminar la discriminación. Bajo el nombre de "No soy racista sólo distingo los colores", queremos hacer notar que la gran mayoría de nosotros no se asume como racista porque es "políticamente incorrecto".

Ser racista se ve mal, la sola palabra nos hace remembrar a los esclavos de Alabama, una escena que no se acomoda a los estándares de modernidad del siglo XXI. Después de todo no está bien discriminar a nadie por el color de su piel u otras características físicas; sin embargo a lo largo y ancho del mundo aún persiste la agresión a personas ya sea por su religión, credo o incluso nacionalidad. Sin importar cuantos tratados de derechos humanos se declaren.

Es cierto que hablar de racismo no es lo mismo que hablar de discriminación racial o de otra índole; pero tienen factores en común, detalles que iremos examinando y recabando en esta bitácora.

¿Por qué acomodar el racismo y la discriminación en un sólo sitio? Porque un hombre que le niega la palabra a otro por ser de religión distinta, no es mejor que un hombre blanco que se niega a compartir la habitación con otro por ser negro. Y porque en ambos casos, siempre hay uno que se asume superior al otro.

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